Backstreet-Mania en Bs.As

Faltan pocos días para que los Backstreet Boys toquen en River. Pero desde hace un mes, unas veinte chicas esperan la llegada de sus ídolos, acampadas a metros del Monumental.

Unas trece carpas, una al lado de la otra, ubicadas frente al viejo edificio de Obras Sanitarias de La Nación (a metros del Estadio de River) son, desde el 19 de marzo, las nuevas casas de más de veinte adolescentes fanáticas de los Backstreet Boys

En una convivencia similar a la de cualquier reality show suceso del momento, estas jóvenes decidieron montar guardia y compartir sus días hasta el
28 de
abril, fecha en la que el quinteto pop americano se presentará por tercera vez en Argentina para dar el esperado recital.

Annie (18) dice que no le pesarán los días que deberá pasar a la intemperie. Además, ya cuenta con la experiencia de Mónica (22), estudiante de arquitectura y una de las pioneras del grupo. "Estoy acampando desde el 15 de marzo, un par de días antes de que se empezaran a vender las entradas. Y tuve que soportar la sudestada que inundó a muchos barrios. En ese momento, apenas había tres carpas y con el agua hasta la rodilla nos metimos en un McDonalds", recordó.

Los padres de las chicas parecen estar acostumbrados a estos asentamientos prolongados. No es la primera vez que los famosísimos
Backstreet Boys pisan estas tierras, ya lo hicieron en febrero del 98 -cuando tocaron en el Parque de la Costa para el programa de televisión La movida del verano- y volvieron en septiembre del mismo año para hacer dos recitales en la cancha de Boca. En esa oportunidad el público total estimado se calculó en 90 mil personas.

"Las fans, siempre los seguimos por todos lados. Los vamos a buscar al aeropuerto, al hotel, a los canales de televisión...", explicó Mónica, miembro del fan club local de los BSB.

"Mis viejos me dijeron que estoy loca pero me entendieron, saben que es algo sano, que simplemente estoy acá y no me estoy drogando ni tomando alcohol, ya me conocen", dijo Annie. Para María Laura (22), de Ensenada, fue fácil conseguir el permiso: "Mi vieja es mi mejor amiga y me banca en todas".

Entre mate y mate, las adolescentes reciben bizcochitos de grasa de algún peatón generoso, las visitas de amigos, novios poco celosos y de algunos padres. Es el caso de las chicas que paran en una de las carpas ahora cerradas. Según contaron sus compañeras, el padre de una de ellas las pasa a buscar todos los días, las lleva al colegio y después las trae. Todo lo contrario hace María Laura, quien no se mueve de ahí "ni loca" y especula:
"No puedo quedar libre por faltar 20 días, después me pongo las pilas y además no me enfermo".

En estos días, a las fans de los
Backstreet no les importa otra cosa que la llegada de sus ídolos al país. La más chica de ellas tiene 13 años y las otras no superan los veintipocos.

Juegan a las cartas, cocinan salchichas sobre una garrafa, duermen la siesta, leen revistas, preparan banderas para el recital, escuchan todo el día a los
BSB...

"A la hora de comer cocinamos una especie de guiso sobre las garrafas", explicó Annie mientras María se quejó:
"Como a mí no me gusta, hace tres días que estoy a paté y galletitas".

Para ir al baño, el asunto se complica. Siempre hay una confitería a mano pero para bañarse, se turnan y viajan hasta sus casas o la de alguna amiga. Por suerte no es verano y la mayoría de las acampadas no vive muy lejos.

Todas comparten sus horas y el mismo sueño: conocer en persona a
Brian Litrell, A.J. Mc Lean, Kevin Richardson, Howie Dorough y Nick Carter. Y si por un momento tuvieran esa posibilidad les contarían "el sacrificio que hicimos para verlos y después, obvio: abrazarlos y besarlos", explicó Jessica (17), mientras las demás la aprobaban entre exclamaciones.

Sin embargo, no todo es color de rosas en este submundo adolescente, porque dormir en la calle tiene sus riesgos.
"Ahora, no tenemos miedo de noche pero los primeros días sí. El viernes pasado nos quisieron robar unos chicos que pasaron apurándonos carpa por carpa para que les diéramos plata. Por suerte nos habían venido a visitar unos amigos y los sacaron corriendo", contó una de ellas.

"Convivir así es bastante complicado pero vale la pena: te hacés muchos amigos"
, reflexionó una de las chicas mientras se preparaba para iniciar una nueva ronda de mates.